viernes, 22 de mayo de 2009

Perros y lobos

Un amigo de mi abuelo encontró una vez un lobezno herido y solo en uno de sus paseos por el bosque. Lo recogió, se lo llevó a casa y allí lo curó y crió como si fuera un perro. Misteriosamente y en contra de todos los estudios que hay sobre los lobos, el lobezno creció pareciéndose bastante a un animal doméstico, sin dar muestras de agresividad e integrándose bien en la familia. Pero una noche, ya adulto, desapareció sin dejar rastro. Volvió unos días más tarde y el amigo de mi abuelo observó aterrorizado que no venía solo, varios lobos le habían acompañado de vuelta a casa y ahora le contemplaban desde el jardín. El episodio se superó sin incidentes aquella noche, pero a la mañana siguiente, con lágrimas en los ojos, sacrificó a aquel animal que había criado porque a fin de cuentas era un lobo y el instinto estaba en su naturaleza. Al fin y al cabo un lobo.


Eso me pasó contigo. Siempre supe que eras un lobo, y sin embargo creí que con amor y ternura podrías dejar atrás tus malos instintos. Solíamos comentarlo cuando te veíamos feliz y tan cambiado, con algo que antes no mostrabas. De hecho, no sólo yo, sino los tres, creemos firmemente que de haber seguido aquí te habríamos hecho olvidar para siempre lo que antes habías sido. Pero te fuiste, Antonio, como aquel lobo, y cuando creí que volvías a mí descubrí que en realidad habías regresado a la manada. Sé que lo que tuviste aquí no lo has tenido nunca. Lo sabemos por tu forma de actuar, por tus descuidos, cuando se te olvidaba que los amigos no hacen ciertas cosas. También sé que ahora crees que ya no lo quieres porque has vuelto a ser lobo, pero no me cabe duda de que algún día, en un descuido, tal vez cuando estés solo, recordarás aquellas días los cuatro juntos, las compras, las partidas de cartas, las comidas, los planes para el fin de semana, la mañana de canoas en el río, la pizza con aceitunas calientes del viernes por la noche... y sentirás haberlo perdido.


Fuiste parte de algo aquí... ¿Qué eres ahora, Antonio? Un simple lobo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un lobo con piel de cordero, como se dice habitualmente.

Suerte, amiga